DO. Ribeiro

Ribeiro tiene una larga tradición de producción y exportación de vino desde los puertos del Atlántico gallego. Se cree que las primeras viñas fueron plantadas por los antiguos romanos. Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, la zona era famosa por sus vinos dulces (vinos tostados), que se producían aquí mucho antes de que se produjeran en las Islas Canarias o en Andalucía. Estaban hechos de uvas secadas al sol y eran conocidos como Ribadavia. Fueron borrachos por los peregrinos que pasaban por la zona camino a Santiago. Cantidades significativas de vinos blancos fortificados de Ribadavia se exportaron a Inglaterra en los siglos XVII y XVIII. Nowadías, los vinos blancos de Ribeiro son conocidos por su carácter fresco, ligeramente ácido y afrutado.

La documentación histórica indica que en el S.II a.C. ya se cultivaba vid en Ribeiro. Sin embargo, fueron los monjes benedictinos y cistercienses quienes impulsaron la expansión de las variedades autóctonas a finales del primer milenio.

¿Y de qué variedades hablamos? La treixadura, la torrontés y la albariño son algunas de las blancas. Caíño longo, caíño bravo y ferrón, las tintas.

Pero nosotros decidimos quedarnos con una, y la godello fue nuestra elegida.

¿Sabías que?

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La godello es la tercera uva más cultivada en la zona. Juega un papel decisivo en la fase gustativa de los vinos del Ribeiro y en la actualidad está ganando un gran prestigio.

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La tortuosa orografía de la comarca provoca un característico minifundismo. Los cultivos se reparten por laderas, bancales y terrazas, propiciando la viticultura tradicional y los vinos de calidad.

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La palabra «sábrego» hace referencia a la tierra arenosa y rica en granito típica de la zona. Esta composición aporta una gran mineralidad a los vinos de la D.O. Ribeiro.

Características de la DO. Ribeiro

Hay un motivo muy lógico por el que la vid lleva tantos siglos asentada en el paisaje de la zona: su clima tan singular.

De carácter mediterráneo, se ve afectado por la influencia atlántica por la proximidad del océano y presenta una elevada oscilación térmica diaria.

Todo esto se conjura para que de aquí salgan unos vinos ligeros, frescos y afrutados; de una calidad excepcional.

Algunos números

2.500 hectáreas

Dedicadas a los viñedos. La producción anual se estima en unos 14 millones de kilos de uva, siendo uno de los principales motores económicos de la zona.

Hasta 450 m

Sobre el nivel del mar. Hasta aquí llegan los bancales y terrazas dedicadas a la vid. A más altura, la influencia del clima atlántico impide el desarrollo de las varietales de Ribeiro.

Entre 70 y 100cm

Tiene el suelo de profundidad. Esto facilita el desarrollo de la vid, ya que da acceso a la provisión de agua y nutrientes naturales.

Y sus consecuencias:

La combinación del clima suave con el suelo de la zona da como resultado una personalidad innata en los vinos de Ribeiro. Además, las cadenas montañosas que la rodean reducen los efectos del clima atlántico y favorecen que la maduración alcohólica y la fenólica se desarrollen a la par. Lo que permite crear maravillas como estas: