Hammeken Cellars en la D.O. Yecla

Macabeo, garnacha tintorera, tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah.

Pero ante todo, una: la monastrell. Protagonista absoluta de los vinos yeclanos.

El vino llegó a Yecla de la mano de los fenicios y desde entonces nada (ni siquiera la filoxera) ha conseguido desterrarlo de estas tierras.

Por algo será.

¿Sabías que?

1

La uva monastrell necesita mucho sol y riego natural. Esto obliga a dejar bastante espacio entre las vides para que puedan sobrevivir, por lo que tiene uno de los rendimientos promedio más bajos del mundo.

2

La monastrell se adapta muy bien a las sequías. Aunque su rendimiento y producción caen en gran medida, ambas se restablecen con la llegada de las precipitaciones.

3

Yecla no se vio afectada por la plaga de la filoxera. Esto provocó que sus vinos fueran muy demandados en la Europa de finales del siglo XIX, impulsando la producción en la zona.

Características de la D.O. Yecla: el terreno ideal para cultivar Monastrell

Aunque el vino lleva presente en la zona más de 2.000 años, la llegada de los comerciantes franceses a mitad del S.XIX marcó la expansión del cultivo de la vid hasta la preeminencia actual.

El municipio tiene una extensión de 607,7  km2. Los campos están dedicados en su mayoría al cultivo de la vid, aunque también podemos encontrar olivos, almendros y cereales.

Algunos números

535 - 800 m.

Sobre el nivel del mar.
Yecla se encuentra en un altiplano relativamente elevado rodeado de numerosas montañas.

Hasta 20ºC

De oscilación térmica diaria. Y además, inviernos largos y fríos, y veranos calurosos. La combinación perfecta para la maduración de las uvas.

Unas 3.335 horas

Es la media anual de horas de sol.
Una zona casi desértica en la que la precipitación anual no alcanza los 300 mm (y casi siempre en forma de tormentas).

Y sus consecuencias:

El clima seco de Yecla propicia la gestión ecológica de los viñedos, que se cultivan sin apenas utilizar pesticidas.

Además, el terreno pobre, arenoso y con un alto contenido de cal en el subsuelo favorece la retención del agua que tanto necesitan en la estación de maduración seca.

Lo que resulta en vinos campeones