Conoce a nuestro Director de Enología: Marcelo Morales

Paloma - ¿Por qué te metiste en el mundo del vino?

Marcelo - Bueno, yo comencé a estudiar Ingeniería Agrónoma porque me seducía el tema de la producción, el trabajar con algo vivo. Y cuando te metes en ese tema, te das cuenta de que parece que te quedas a mitad de camino: vendes lo que produces, pero sin procesar. Y en segundo, tercer año de carrera conocí esta alternativa de la enología. Además, algún familiar tenía también una bodega. Entonces te das cuenta de que un mundo tan distinto. El vino es un producto que va creciendo contigo, y eso me parecía super interesante.

Además, a poco que te guste este mundo, la verdad es que te engancha, y después no quería hacer otra cosa que ser enólogo.

P – O sea, que pasó de ser una curiosidad, a convertirse en pasión… es interesante el proceso mental de pasar de la atracción de trabajar con productos vivos, a la necesidad de terminarlos, junto con la necesidad de expresar tu creatividad.

M – Si, si, desde luego.

P – Nacido y crecido en Chile… ¿cuándo y por qué te viniste a España?

M - Pues la primera vez fue en el 95-96; estuve año y medio, haciendo un Máster. Después volví a Chile, pero todos los años me venía a España a hacer una vendimia.

Y ya en 2001 me ofrecieron un trabajo que era empezar un proyecto de cero. Un proyecto muy grande, y era muy interesante empezar desde cero con ellos, toda una gama de vinos. Y de eso hace ya… 19 años.

P - ¿Y no echas de menos Chile?

M – Si… sobre todo mi familia. Soy el menor de cuatro hermanos bien avenidos. Y mi mejor amigo es mi hermano, nos llevamos solo un año. Les echo de menos.

Intento ir cuando puedo… vienen mucho mis hermanos. Este año tenía intención de ir… pero con los cambios… se ha complicado un poco (sonríe). Pero la verdad es que España es un país que me encanta, es muy divertido… la calidad de vida compensa.

P – Y desde que llegaste, estuviste todo este tiempo en la misma empresa…

M – Si, si

P- Además, con muchísimo éxito…

M – La verdad es que sí. Era una empresa muy enfocada al granel, que producía muy poquitas botellas. Y la pudimos transformar del granel a la botella en casi el 80-90%. Se mejoró mucho el concepto del vino local, además de potenciar la zona.

P – Éxito y muchos premios... más de 200 medallas en tu haber en estos años…

M – Fue curioso… La verdad es que cuando me fui a Cariñena, la idea de ellos era que hiciera un Cabernet Sauvignon, porque era en el momento en que esa varietal estaba de moda. Pero yo cuando llegué les dije que iba a hacer vino, pero iban a ser garnachas y cariñenas, las varietales locales. Y ellos estaban en desacuerdo porque creían que eran variedades horrorosamente malas…

P – Pero…

M – Bueno, pues el primer vino joven que hice fue un cariñena, y en la primera feria que lo presenté, que fue en Madrid, ganó un Gran Oro. La verdad que una gran suerte y fue un gran apoyo a mi visión de cara a la empresa, y a partir de ahí ya si que hicimos garnachas y cariñenas…

P – Las garnachas, que son tu especialidad…

M – Si, es cierto, pero me encanta la cariñena, es una variedad super interesante.

P – Así que quedó claro que tenías razón… pero ¿cómo llegaste a esa conclusión? ¿cómo distingues lo que es realmente Bueno, y dónde es importante utilizar tu tiempo?

M – El mérito está en poder ver el entorno. Es decir, vas a un sitio nuevo, por ejemplo, a Ribera del Júcar, y ves unos tempranillos súper buenos, unas bobal excelentes… y tener la oportunidad de reconducir los proyectos en función de lo que aprecias…

Es la suerte de venir de fuera, de poder ser observador.

Cada zona vitivinícola tiene sus características que la hacen única, irrepetible, no hay por qué obsesionarse con tratar de ser otra cosa.

P – Y después de tanto tiempo… ¿Por qué Hammeken Cellars?

M – Bueno, después de tantos años en mi anterior empresa, el proyecto ya estaba maduro, y empecé a sentir inquietud por hacer algo distinto. Sabiendo que dejaba todo en buenas manos empecé a buscar un nuevo proyecto.

La cosa es que los proyectos que normalmente te ofrecen no hay mucha variedad, con poca oportunidad para innovar.

Y cuando vino HC, donde se trabaja con un montón de zonas distintas, donde es todo diversidad, son muchos proyectos nuevos, donde se trabaja de una forma moderna y espontánea… eso me atrajo mucho.

He viajado mucho por España, me interesa mucho, y he catado muchos vinos – pero claro, es bien distinto trabajar en esas D.O.s, ves la realidad, ves que el potencial es mucho mayor en muchas zonas que no habías considerado… La oportunidad de estar en tantas zonas diferentes, elaborando vinos muy buenos, y comercialmente muy interesantes… pues es que hay muy pocas empresas que tengan eso… es una oportunidad muy rara dar con un proyecto que tenga esta diversidad. Y bueno, la libertad, la capacidad de explorar…

P –Hammeken Cellars es una empresa con solo dos accionistas, y no tenemos presiones externas. Aquí nos consideramos una “familia poco convencional”. Nos comportamos, trabajamos y divertimos juntos como si de verdad fuéramos una familia. ¿Cómo de determinante ha sido esto en tu decisión de unirte a HC?

M – Bueno, es que justo es eso. Esta filosofía de espontaneidad y modernidad es lo que favorece la creatividad. En otras bodegas, al ser cotizadas o al deberse a intereses quizá menos relacionados con el vino, hay mucha más rigidez.

Lo primero que te das cuenta al entrar en HC ves que todo el mundo está trabajando, en un ambiente alegre, amable, familiar… No hay jerarquías, solo gente que tiene responsabilidades distintas… y el socio mayoritario es uno más en la oficina. Todo ayuda a generar un ambiente más cercano, y te hace ser más receptivo y comunicativo.

P – Si volvieras a nacer… ¿qué querrías ser? ¿volverías a ser enólogo? ¿lo repetirías todo?

M - Si, desde luego. Pero hay una cosa que siempre he querido hacer… lo dejo para la jubilación… (se ríe)… siempre me ha interesado pintar y nunca he pintado… Bueno y otra cosa, que siempre quise vivir frente al mar; en la anterior bodega no tenía esa posibilidad pero ahora me he mudado a Denia, y estoy encantado; es un pueblo que está muy bien.

P - ¿Qué es para ti el work/life balance?

M – Bueno, como enólogo tengo asumido que hay épocas del año en que sólo me dedico a trabajar, y me gusta, lo llevo muy bien. Pero después creo que es fundamental tener tiempos de ocio para estar tranquilo. Pienso que se es más creativo cuando estás en casa, con una copa de vino, es cuando más se te abre la mente. Normalmente en el día solucionas asuntos que tienes pendientes, y para mí el tiempo de ocio está asociado a mejorar tu trabajo, más que para no trabajar.

P - ¿Qué es para ti el éxito?

M – El éxito es lo que llegará mañana.

P - ¿Qué otra empresa admiras por cómo hace las cosas? Puede ser de vino, o no…

Pues es una empresa de unos amigos, Garage Wine, en Chile. Empezaron a hacer vino en el garaje de su casa. Y sólo con pasión y ganas ahora son una gran empresa, con mucho nombre. Y todo el mundo piensa que son una empresa enorme, pero no. Tienen un concepto similar al de Hammeken. Comenzaron con 500 botellas y ahora ya van por 100.000…

P- ¿Tienes algún hobby?

M – Pues jugaba al pádel pero en este momento no hago nada… Leer… meditar… hago meditación trascendental desde los 18 años todos los días… tuve la suerte de dar con un maestro yogi, y la meditación me centró tanto y me reguló tanto… me encanta.

P - ¿Cómo le explicarías en qué trabajas a una niña de 8 años?

M – Pues trabajo recogiendo uvas en verano, y después hago un zumo con esas uvas, le echo unos bichitos que se llaman levadura y el zumo se convierte en vino.

P - Por último, por favor contesta a estas 10 preguntas cortas…

¿Vino favorito Hammeken? – Tosalet Vinyas Velles 2018 – Garage Wine

¿Con quién te tomarías un vino? – Gandhi

¿Qué cantante, tipo de música, te gusta? – Me gustan muchos, me encanta el nuevo indie español, Vetusta Morla, Love of Lesbian, Carolina Durante…

¿Un libro? – Tengo dos escritores de cabecera, Isabel Allende, y Jorge Edwards… cualquiera de sus libros… Bueno, Edwards tiene uno, que me regalo mi familia… se llama “El inútil de la familia” (se ríe)… no sé qué me querrían decir…

¿Una película? – Más bien un director… me gustó la trilogía Tres Colores (Azul, Rojo, Blanco) de Kieslowski

¿Un lugar para perderte? – Ibiza, sin duda.

¿Un secreto confesable? – Más bien un vicio confesable: soy fanático del chocolate negro.

¿Playa o campo? – El campo para trabajar y la playa para descansar

¿Alguien a quién admiras? – Sin duda, mi madre. Por su espíritu de sacrificio, fuerza y dedicación.

P- Marcelo, muchas gracias por tu tiempo. Me ha encantado esta charla. ¡Habrá que repetir!

M – Gracias a ti. Qué preguntas más buenas… Gracias